miércoles, 16 de septiembre de 2015

Inscripición abierta


Cuento y performance
El acto de contar un cuento como instancia creadora.

Taller a cargo de Juan Ignacio Jafella
2° nivel:
Dirigido a quienes ya cursaron el 1° nivel, estudiantes avanzados y narradores orales.

Unidades:
-Puesta en escena de un cuento a partir de una idea original o de la apropiación de un texto literario.
-Investigación sobre otros materiales que sean no-narrativos.
- La escritura y la “puesta en boca”. El marco del cuento y la dramaturgia del espectáculo.
-La justificación del movimiento y los hilos que mueve el narrador en la audiencia.
- Divertirse pese a todo. La verosimilitud y el juego.
La duración del 2° nivel se acuerda en base a los objetivos que se plantee con el narrador individual o grupo de narradores en una entrevista previa. En ésta segunda instancia apuntamos a la posibilidad de contar en público, de salir del espacio seguro (sin prisa por mostrar pero con la conciencia de que el cuento oral es un arte de relación, es decir, que existe en tanto y en cuanto otro nos escuche y observe).

Días y horarios: miércoles de 17 a 19 hs. Inicia 23/09


Dirección: Paraná 446. 7° H. Entre Av. Corrientes y Lavalle.

Subtes: Línea D (estación Tribunales) Línea B (estación Uruguay). Colectivos: 5 – 6 – 7 – 23 – 24 – 26– 29 – 39 – 50 – 60 – 75 – 99 – 102 – 106 – 109 – 111 – 115 – 140– 146 – 180



Juan Ignacio Jafella
“De profesión: juglar”. Estudiante avanzado de la Licenciatura en Actuación en la Universidad Nacional de las Artes (UNA). Miembro del Círculo de Cuentacuentos con quienes coordina los festivales “Te doy mi palabra” y “Palabra Mía”. Dicta talleres de mimo, teatro y narración oral y en el 2007 nació “Cuentacuenteando”, proyecto con el que recorre teatros y escuelas de todo el país. Becario en el 2010 del Fondo Nacional de las Artes. Se presenta frente a público de todas las edades.
“Como un juglar moderno, Juan Ignacio Jafella -con base en la mímica, un variopinto juego de voces y un gran manejo del tiempo y del espacio- mantiene al espectador en vilo y le hace olvidar, mejor dicho, lo lleva a imaginar el maquillaje y la escenografía: el actor sale a escena sólo con un traje oscuro, su cuerpo y su voz.” Revista “Veintitres”(19/03/2009)