jueves, 1 de abril de 2010

Preparando un espectáculo de Humor...


Actualmente estamos trabajando con la narradora Betty Ferkel en un espectáculo de cuentos que generen, que tengan, que usen el humor. No sólo porque "sea lo más divertido" sino por el trabajo de investigar, algo que veo se abandona con frecuencia en éste oficio frente a la idea de "tener repertorio sobre..." tal o cual cosa.
Cuando decimos Humor pensamos en que nos vamos a reír. Es muy difícil saber con seguridad qué es lo que va a causar risa. A veces una imagen, otras una palabra. Generalmente es algo proveniente del absurdo, pero también puede ser decir la verdad en un momento donde se espera la simulación. Creo que a los argentinos, a los porteños, lo que les hace reír a carcajadas es una buena puteada metida en el lugar justo, y eso es algo que practico en el bululú. Pero el público de la naración espera algo más sublime, más irónico, y me parece un buen desafío a lograr.
Por otro lado pienso en lo que me gusta mucho hacer: actuar. Y si bien veo a la narración oral como un género teatral que incorpora elementos de la escritura, me parece un género que obliga a uno a despojarse de todo para que quede en primer lugar la historia. 
El objetivo del narrador es contar una historia. El del actor es meterse en el rol o personaje. El payaso hacer reír. No me gusta cuando el narrador canta por demás, hace personajes por demás, etc... Todo lo que el narrador hace es para la historia, y hay una diferencia muy sutil que se va observando. (Un ejemplo: Quizás el cuento "Carta a una señorita en París" de Cortázar no sea un cuento, sea más un monólogo porque lo que vale es más lo que le pasa al protagonista que la historia que se cuenta. Llega a una casa lujosa, vomita conejitos, intenta controlarlo, se descontrola todo, se mata.)
Ahora, los escritores cuando escriben un cuento, también hacen más que escribir una trama. Ponen descripciones, meten diálogos que pueden dificultar más la historia. El narrador oral, igual que el escritor, se tiene que concentrar en contar bien una historia. Todo lo que él sepa de actuación, humor, etc le va a servir PERO PARA CONDIMENTAR, si se pone a hacer reír o quiere mostrar como interpreta a un personaje, o se pone a cantar y se extiende más de lo necesario, estaría cometiendo un error como narrador porque cae en el exhibicionismo puro.
Entonces, que los cuentos tengan humor no significa que los cuentos sean una excusa para hacernos los cómicos. Tengo que encontrar mi propio sentido del humor reflejado en un cuento y después llevarlo a la oralidad y ver qué pasa con el público. Eso es lo que creo por ahora, vamos a ver como siguen los ensayos.